"Luego,
hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha
gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de
los escribas y de los ancianos. Y el que le entregaba les había dado
señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle, y llevadle con
seguridad. Y cuándo vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro,
Maestro. Y le besó"
San Marcos, Capítulo 14
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